Gusanos: transformación del significado

Gusanos, es la palabra utilizada por la dictadura de la familia Castro para llamar a los cubanos que defienden y reclaman los derechos de sus compatriotas. Para el régimen, gusano es todo aquel que no le sirva incondicional e irracionalmente; son todos aquellos cubanos que piensen, razonen, se expresen libremente; amen la pluralidad, la democracia, el estado de derecho; deseen ser libres y defiendan a su patria.

 

Con el “nombrete” de gusano, la tiranía ha intentado evitar que los cubanos sean llamados opositores La dinastía buscó con ese calificativo desacreditar y desmoralizar a los ciudadanos negados a sucumbir ante la opresión de su régimen. No obstante, encuentro una hermosa metáfora en tal calificativo: gusanos, porque como la oruga creamos los capullos en donde nacen las mariposas. Esta es la imagen que siempre me viene a la mente cada vez que escucho esa palabra. Comencé a imaginarla, después que un profesor de Apreciación e Historia del Arte me contó sobre un amigo pintor cuya exposición fue censurada. Tiempo después, mediante una acción artística irreverente, aquel artista de la plástica concibió una ingeniosa idea: llenó de mariposas la misma galería donde le censuraron su obra, y en el centro del local, dentro de una caja depositó un gusano: la oruga.

 

Para malestar del régimen los cubanos ya suelen sentir orgullo cuando los nombran así por sobradas razones, y desde hace mucho tiempo somos mayoría. Gusano significa para el pueblo: individuo valiente, persona honesta que no baja la cabeza ante la guillotina; es aquel sujeto que defiende al prójimo. Gusano es quien dice la verdad públicamente y sin miedo. Los gusanos son aquellos cubanos vistos por sus semejantes como héroes; admirados por hacer aquello que muchos no se atrevieron o no se atreven a realizar. También son ilustres e imprescindible gusanos, quienes desde el exilio con sus remesas, permiten a las familias servir el plato de comida en la mesa; recargar el saldo en su celular; calzarse, vestirse; obtener medicamentos; arreglar la vivienda o comprar un hogar mejor. Gracias a esos gusanos, los que habitamos en Cuba no hemos sido extinguidos. Los gusanos en el exilio o la isla no se rinden: trabajan sin descanso por la libertad de la patria y el bienestar de sus compatriotas.

 

Gusano, para los ciudadanos de hoy, es aquel individuo pacífico que ha conquistado una legítima condición: defensor del pueblo. Ser gusano se ha convertido en un honor y en una elevada cualidad de los cubanos.